Thelonius Monk escucha el aguacero
Es la primera lluvia de junio
y el aguacero se llama Thelonius Monk
Lumbre de ébano sobre el fuego blanco del alcohol
El acorde de carmín donde la melancolía asienta el reino
Porque no hay luz más clara y más intensa que aquella
sangrando de las manos de un sabio
Que aquella que de tan negra es la sangre de la luz
Su lamento es una almohada para reposar los huesos cansados del alma
Escucho a Thelonius Monk
y cruza la cervical un relámpago de ron
Una infancia con los miembros amputados
Un muñón del que se burlan mis hermanos
Pero que sea dulce el beso de la armonía
para saciar la piel erizada del silencio
Que la vida vista sus trajes favoritos como niña
para decirnos que todo es muy sencillo
Porque Monk le teje un abrigo a Nellie
Un pedazo del corazón le deja en piel
con ciertas partes de un crepúsculo de octubre
y la pupila de la lluvia
mirándola por dentro
Porque Monk desteje el corazón de Nellie y lo hace delgadísimas notas de música
que penetra y sangra y danza y muelle y lacera
como una nota de piano carcomiéndonos el alma
Para qué preguntar por la rabia en medio de este aguacero
Qué luz podría encontrar el desconsuelo
en un hombre que prepara la entrada de su amada al Infierno
Un bourbon un whiskie una cerveza bastan
Y una trompeta de oro negro vibra y estalla en el cielo
Hay un hombre pudriéndose por dentro
mientras deja huellas de la luz más clara y más intensa
La tormenta se sonroja de su estruendo
Avanza el oscuro tapiz del aguacero
Después la melodía se hace más lenta
Alguien espera el obús para volarse la cabeza.
Syd Barret lanza un escupitajo de diamante a sus amigos
¿Recuerdas cuando el viaje era estandarte y grito de batalla?
¿Cuando bastaba una noche limpia para espantar demonios?
¿Por qué decidiste bajar del tren de la locura
para mirar de cerca el paisaje de flores amarillas?
¿Realmente crees que puedes cambiar tan sólo un riel de furia
por un cielo azul donde el dolor se esconde?
¿Cuándo diste el tarro de cerveza por los orines de una perra?
¿Cómo es que ahora cuentas con los dedos las heridas del tiempo?
¿Cómo es que declinó el eclipse de tu rostro
por un pedazo de sol en los bolsillos?
Nunca fue la rosa la razón sino la espina
porque las mejores coronas siempre sangran en la frente
Ahora sólo te prometo que nunca cambiaría
el hábito de perseguir con fruición a la belleza
por un papel desgastado y una cama sin piel
Sobra el epílogo pero me gustaría decírtelo:
ojalá que tú nunca estuvieras aquí.
2 comentarios:
Ya conozco estos poemas. No son la gran cosa, pero son buenos y creo que muchos compartimos algo de su estética y motivaciones.
La verdad, prefiero ver en este blog poemas nuevos (si es de gente no conocida mejor aún) que poemas probados como estos. En fin, creo que hacen falta más poemas o más poetas.
Saludos
Creo que tinees razón Eliud, sin embargo creo también que el espacio está diseñado para nosotros y nuestros poemas. También creo que un poema no pierde mérito en el blog por ser editado; dónde queda la relectura pues, además, hay que aceptar que no conocemos los poemas de memoria.
Ultimamente se ha vuelto un poco más difícil el rastreo en el blog, debo admitirlo. Aún así están los poemas de Krishna y los de Evaristo que no habían sido publicados. Eso sin contar el de Aurora y el de José Manuel que sólo aparecieron en sus blogs. Sin embargo, para mí, lo curioso es que en los últimos meses no he visto nada nuevo en la red. Es obvio que seguro algo habrá por ahí que no he visto, sin embargo estarás d acuerdo conmigo que los nuevos (aunque meramente en ser visibles) compañeros llegan por abonos y estamos en sequia. Abrazos
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