sé quién ordenó nuestra muerte he visto sus huellas en la ....alborada sus pancartas sus leyes y su afán de propaganda él es el cáncer que en el centro de la tierra nos apura y nos ....retrasa aquel que desordena el protoplasma de su multiplicación ....infinita el que divide los mares y desorienta los embalses y nos ....traiciona desde las primeras lenguas aquel que firma contratos para levantar más torres y nos ....dosifica las llamadas de larga distancia y nos premia con blue berrys y nos da licencias para salvarnos ....de sus hazañas él, que distrae a las flores y deja que la carne se endurezca y se ....quede sin pelos y se esconda del alma ese que escondió la luz tragándosela y nos deja su memoria en ....fogatas y nos defeca en peces y correcciones literarias y nos afirma en tapetes y nos reclama agua y más agua y nos ....convoca a puñaladas él, que dispersa matemáticos y los confunde en sus manuales y ....promete a algunos las recetas glaciales y las imprime y les ....enseña a tirarlas ya los cosmonautas se embriagan en sus lentes y las cocineras ....calientan sus cinturas pero ninguno reinventa los protoplasmas ni multiplica su carne ....blanda sólo los virus que se disfrazan en sus almas y las hogueras y los ....láser que se revuelcan se cuelgan y se abandonan de madrugada y nos muestran otra entrada y un puñado de infinitas cuerdas y ....la luz en las ventanas
Mujer mazatleca (fragmentos) sus ojos no distinguen nubes o espuma enjuagados son sólo metal oxidado por líquenes una torre sin rumores ni rosas o efemérides desterrado humor de piel y de sonrisas que extiende los brazos como un malecón sin sol o sin hormigas su pecho eternamente inmóvil ―eternamente inútil― a diario se traga el sol como la mar el continuo caer de las montañas de agua y la arena en desbandada por su pétreo oído que a sus espaldas reiteran esclavitud de sirena (a distancia se notan tus ganas sobradas mujer mazatleca de subirte a un carro alegórico y muñequear al pueblo entero ....en su carnaval) * duerme como un tronco contra el viento y guardada en un morral por las tardes es un reparador, un colador o un zarpazo cambia como la hora entre todos los relojes a cada uno le enseña la temperatura en grados fahrenheit así previene a los Heliocarpus de la lluvia y a mis vecinas de la alquimia es menos oportuna que una palabra tierna de bisabuela por eso regresa al infierno en arroyos de peras o ciruelas cada noche la muerdo entre sueños y a la mañana despierta como el frío para esconderse en la infinita mampostería de la ciudad * la seguridad de los parabuses el calor sin agua los ascensores completan la jornada sin mi asiento frente a youtube no alcanzo las noticias del Cutzamala ni la divinidad de la gente que cree en las ciencias ocultas un loro enfermo otra alma secreta como esta que no es mía acude a mi hombro en la hora más transitada dirige el navío en el estanque de las seis bahiamos el extremo suroeste sedientos miramos relámpagos que derrapan justo antes de decir que queremos sólo dormir
José Manuel Serrano (Ciudad de México, 1983) es biólogo por la UAM-Xochimilco y maestro en Ecología por el Instituto de Ecología A.C. Escribió la columna Papel mojado en El Sol de Mazatlán, entre 2005 y 2006. Poemas suyos se han publicado en Gaceta Literal y Lenguaraz. Participa en el libro colectivo Paraíso en llamas (2008). Tiene un libro individual: Un barco en el pedregal (Omega Ediciones, 2005). También ha sido locutor de radio y aprendiz de artista plástico en Mazatlán, Sinaloa.Estos poemas aparecieron en el número 20 de Punto en Línea. |
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