domingo, noviembre 26, 2006

Contrapunto, por Cristian Peña

CONTRAPUNTO

Yo veo a mi padre podando un árbol afuera de la casa.
Tú ves a un hombre apurando los trabajos del otoño.

Yo veo a mi padre sobre una escalera de seis metros.
Tú ves a un hombre empeñado en descifrar el cielo.

Yo veo el cuerpo de mi padre cayendo a una velocidad insoportable.
Tú ves a un hombre cuyo cuerpo desafía la voluntad del viento.

Yo veo a mi padre impactándose contra el piso.
Tú ves a un hombre que en la caída se construye una sombra.

Yo imagino a mi padre en silla de ruedas.
Tú piensas en un caballo camino al sacrificio.

Yo observo el rostro pálido de mi padre a ras del suelo.
Tú invocas a la muerte y sus pigmentos gélidos.

Yo veo a mi padre levantarse y entrar en la casa sin un solo rasguño.
Tú llamas al destino y a la posibilidad del fénix.

Yo observo el árbol y recuerdo a mi padre llevándome sobre sus hombros.
Tú imaginas un roble de formidable ramaje.

Por Cristian Peña (Ciudad de México, 1985). Actualmente es becario de la Fundación para las Letras Mexicanas. Más poemas de el en http://www.alforjapoesia.com/virtual/colabmas.php?id=237_0_4_0_M1

miércoles, noviembre 22, 2006

El arma de las mujeres (Women´s Weapon)

El arma de las mujeres (Women's Weapon)
...............Para Faye Valentine

I
Cambia mucho la Ciudad
Cuando se la visita de día.
Los ojos que de noche se esconden
Son aquí inquisitivos, impertinentes.
Nada queda del confort natural
De la neblina de la oscuridad.
¿Dónde están mis pasos secos solitarios sobre la acera?
¿Dónde está el frío en la punta de mi nariz
Y las manchas de luz en el suelo?
¿Dónde están las nubes-plata,
Dónde la llovizna
.....................................Dónde el crepúsculo
El parque ennegrecido
..........................................los ladridos lejanos
La neblina de mi aliento
...........................................El lecho vacío
Dónde están?
¿Dónde está el cielo de Marzo?
¿Quién se ha llevado el cielo de Marzo?
¿Quién me ha- - Mis brazos están

II

Cruzados sobre la barra.
Levanto suavemente mi mano derecha
―Sólo la mano, que el resto del brazo
Se quede inmóvil―; alzo el índice
Ligeramente y mi vaso está lleno
De whisky otra vez.
Un saxofón púrpura
Llena la aburrida conversación
Conmigo misma. Noche de bar.

III

Compañero Espejo pon atención
Nuestra profesión es la más dura
La más peligrosa
De este siglo de neón
Compañero detective
Me siento más feliz en este bar
Que en mi tugurio del buen vivir
Donde hay llovizna por la noche
Y las camas se enfrían con el sol
Compañero detective
Es mejor beber aquí y olvidar
Llegar a casa sólo a llorar
Compañero detective
Cuando se termine la canción te preguntaré
Porqué golpea tanto el viento
De qué lado sale el sol
Por qué no estás aquí
Conmigo
Aquí.


Por Aurelio Meza.

lunes, noviembre 13, 2006

No hubo tal regreso

No hubo tal regreso
como él dijo alguna vez
mientras los dos miraban el en
lago el reflejo de los edificios de Reforma
Algo acabó aquella noche
y no hubo tiempo de unir las piezas rotas
de una frase que culminó el velorio
sin que nadie supiera
....................quién había muerto

Ahora ella pasea por ahí
cada vez que recuerda
que el tiempo de volver
............................se hace más largo
que ya no son los mismos que estuvieron
como testigos ... .......de una noche
que se niega a abandonar el borde de los ojos
Vuelve ahí..............a la misma banca
porque simplemente recuerda la primera vez
en que supo lo era un homicidio

Desde entonces
el granizo anda bajo de su piel
como el llanto
de la única persona que asistió al entierro


Por mí, Eduardo de Gortari (Ciudad de México, 1988).

sábado, noviembre 11, 2006

Dos poemas apócrifos

Penélope a Ulises

Mejor que la treta hubiera fracasado,
mejor que no hubieras salido victorioso,
mejor que otro fuera el dueño de tus argucias,
mejor que las armas enemigas te hubieran emboscado,
mejor que Paris hubiera masacrado tu cuerpo
y que los muros de Ilión continuaran de pie.
Mejor la pena de la derrota,
mejor el dolor de saberte muerto
que la incertidumbre de esta interminable espera.



Ulises a Penélope

¿Para qué regresar?,
¿para probar el calor de tus labios ya marchitos?,
¿para devolver a Telémaco un padre que ya no necesita?,
¿para medir mis pálidas fuerzas con el lozano vigor de
Pisandro, Medonte y Antínoo?,
¿para disputarles riquezas?,
¿para turbar a la apacible Ítaca con el regreso de un muerto,
de un fantasma, de una leyenda que circula
cada vez menos entre las voces del pueblo?




Por Iván Cruz Osorio. Estos dos poemas pertenecen al trabajo ganador del segundo lugar en el premio Punto de Partida de la UNAM en el 2005. Además el autor cuenta con un muy buen libro llamado tiempo de Guernica (Editorial Praxis, 2005)

martes, noviembre 07, 2006

Quai d´anjou

QUAI d'ANJOU

curioso que la escena (la nada, casi: dos desigualmente
jóvenes) tuviera como un aura inquietante.
J.C.


1.
Y ya qué hacer con el cielo despejado
todo este orden es como de puntos suspensivos
uno siguiendo a otro a otro
y otros más que imaginariamente siguen
como abriendo grietas en el tiempo
para refugiarse en la nada
como palomas escondidas en los boquetes de los edificios
que pasan inadvertidas
sin necesidad de camuflaje.
Incluso a los fotógrafos se les nos escapan.

Después seguí por el Quai d'Bourbon
y ya no soplaba viento
pero tú la mujer rubia
eran las nubes
ahora pasa una paloma
y me parece que un gorrión
delante de mis rostros
sus rostros
nuestros.

Ah, el viento de Coyoacán
que despeja el cielo
habría que decididrse a encontrar una paloma qué fotografiar.


0.

Yo que miro
qué puedo mirar con el sol de frente.
Miro las nubes
o más exacto:
el espacio que una vez ocuparon
pero quedo ciego
prefiero bajar la mirada
sin llegar al suelo.
Tomo entonces Paseo de los Andes
y en Monte Nevado un incienso desbaratado
en Cerro Agreste el agua
Campos Celestes un edificio a medio hacer
por Noche Pletórica caminando.

Mirar y caminar son los infinitivos más.
[finitos
finos e) infinitos
-ínfinos-

Luego de mirar viene el recuerdo
o el registro
antes es caminar.
Recuerdo la imagen antes que el verdadero cuerpo
había girado como una veleta de cobre
y los ojos, los ojos estaban ahí.

A.
Era delgada y esbelta, como la noche
salía humo de sus negros ojos
yo la perdí por verla tanto, como...noche.
Sólo mirar y esperar
algo tiene que suceder luego de mirar tanto.

Estoy solo como lo está cualquiera
como la noche cuando es de día
--------- y no hay nubes
como una fotografía cuando nadie la ve
------------------como una paloma que es una nube que se suspende

(nostalgia de lo que se obtuvo
luego de contar, que es mirar, que es una nube -que-
aunque lo obtenido
sea aquello que no fue)

La noche se me desliza
y creo que bien podría haber
-------- otras maneras de no contar nada
¿por qué no llega la paloma y se esconde en la nube?
¿por qué no llega la noche y cubre éste sol?
¿por qué mujer rubia ojos negros tácito encuentro?

No se acaba un poema con una pregunta
ni se pregunta QUÉ luego de leerse.


Por Alberto Espejel (Ciudad de México, 1981),
su perfil es http://www.blogger.com/profile/29539536

lunes, noviembre 06, 2006

Algo más para contarte...

Algo más para contarte...

Algo más para decir,
Gracias por el vino blanco,
Las alegrías y el recuerdo de las tristezas
Ofuscadas, al final de una decadente
Relación basada en charadas de dulces sabores
Y amargas verdades; yo te amo y eso ya no importa;
Yo te amé y tampoco os importó…

Hoy te recuerdo y vives a la sombra,
Proyectada sobre un pequeño pedestal,
Imaginada e iluminada en alteraciones de mi mente.

Déjame solo, tú fantasma del pasado,
Trasgresor-seductor, afrodisíaco malsano,
Aparta tu pico maligno de mi alma;
Al Hades quien urdió un plan conmigo,
La flecha apuntada hacia ti, pero fingiste tomarla…

Ahora la flecha y mi corazón están rotos,
Agradezco a mi dulce Romana el haber juntado
Las piezas del infinito rompecabezas de mi amor.
A ella muchas alegrías y larga vida, a ti, lo que siempre
Has querido… nada.



Por Daniel Barreto, quien, creo,
estudia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM
y , creo, ha de tener 22 o 23 años.

viernes, noviembre 03, 2006

Rutina

Me siento muy feliz de poder compartir con ustedes un poema de un buen amigo y compañero en esto que es el colectivo Devrayativa (si es que se le puede llamar así). Ojalá lo disfruten.

Rutina

todos los días...
en la esquina de
mi casa... en
el mismo
instante... se para
un teporocho al que
le cuelga una
botella vacía
que dice:
regálenme un poco
de soledad
..
..
.....
Por Daniel Malpica (Ciudad de México, 1988). Ha publicado en diferentes publicaciones de la UNAM, el periódico EL Financiero y algunas revistas electrónicas. Además participó en la más reciente edición del festival Poesía en Voz Alta en la Casa del Lago.