miércoles, diciembre 27, 2006

Seis meses, Doce poemas

Devrayativa cumple 6 meses de vida y ya viene el año 2007. Así que para festejar he decidido, junto con la colaboración de un buen amigo, elegir, más que los 12 mejores poemas, los 12 poemas que sentimos representan más la labor de difusión de este blog. Para elegirlos se tomó en cuenta, además de la calidad de los mismos, la fama del poeta, que si se darán cuenta, salvo algunas ecepciones, casi todos son poco conocidos, o su nombre no fluye mucho en la red. Además se tomó en cuenta si el poema refleja lo que para nuestro sentir, y recalco: sólo a nuestro sentir, está pasando en la poesía joven mexicana.
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Tomemos en cuenta que el blog es efímero; un post que lleva más de una semana es viejo, caduco. Además mucha es la gente que entra a un blog y sólo ve el post más reciente, de modo que a veces los archivos de un blog es algo que pierde importancia, ya que pocos son los que indagan en ellos. Por eso mismo, para continuar la difusión de jóvenes poetas, hemos elegido los 12 poemas que más nos han gustado o interesado en estos 6 mese de vida. ¿Por qué no nos esperamos para el primer año de vida del blog? Por varias razones: la primera porque sería una labor mucha más grande (hueva), la segunda porque no se podría abarcar el mismo número de creadores, la tercera porque no sabemos el futuro del blog, así que mejor hacemos esto ahora. Hay que resaltar que no son todos los buenos poetas que hay ahora, ni que sean los mejores que han aparecido en esta página, eso ustedes que nos leen lo deciden, no nosotros. Esto es sólo una puequeñisima muestra. Nada más.
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Para los que nos han seguido durante muchos meses, esperámos que este post les haga recordar sólo algunos de los deliciosos poemas que hemos visto todos nosotros aquí. Y para los que apenas llegan, ojalá este post les sirva para conocer toda una gama de poetas recién horneados y con un sabor excelente en sus versos. Disfruten este post de aniversario, disfruten estos 12 poemas, disfruten estas 12 uvas provenientes de un racimo mucho, muy grande y bello: la nueva poesía mexicana.


En defensa propia por Iván Cruz
Revelación por Marcela Solís-Quiroga

Contrapunto por Crhistian Peña
Pequeño poema a Raquel por Sergio Mondragón
"Para ti no soy poeta" por Moisés Ramírez
"Comienzo a escribir mi historia" por Samuel González
She´s in Fashion por Eliud Delgado
Portishead por Aurelio Meza
Mirada Mil por Armando Ayala
"Te necesito cuando" por José Manuel Serrano
Esos otros sentires por Beatriz Pimentel
Puntos suspensivos por Daniel Malpica

P.S. Muchas gracias a todos los que por aquí pasan y han pasado, muchas gracias a todos los poetas que han publicado aquí, y, en especial, muchas gracias a todo aquel que al visitar esta ventana se quedó entre los ojos con una imagen, con un verso, con un pequeño racimo de palabras, pues ustedes hacen que esta labor esté completa. Mil gracias.

viernes, diciembre 22, 2006

Niña y cometa en una habitación por Estrella del Valle

Niña y cometa en una habitación
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Un espejo (como en los cuentos en donde siempre existe una madrastra) en el que una niña se asoma a contemplar el mundo y no sabe, que aquello que la mira es real y se cuestiona, si acaso la estela de humo es el rastro del cometa o lo que queda después de la batalla. Un rastro del pasado que circunda el filo que lo cubre, una bola de cristal brillante y transparente en la que puede ver el futuro flotando en medio de sus ojos, amenazando irse antes de que ella pueda volver la vista a través del espejo y huir, como lo hacen las niñas después de ver su travesura expuesta a los ojos de todos sus verdugos y no puede menos que llorar y ver su rostro y sentarse a llorar porque se ha preguntado si puede traspasar el diminuto espacio que le impide ver más allá de lo expuesto, si la vida son lágrimas como espejos que flotan en sus párpados y si acaso, por alguna razón que desconoce, no volviera, alguien pondrá el espejo en el lugar correcto.
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Estrella del Valle ha ganado varios premios a nivel nacional e internacional, también ha publicado varios libros entre los que destaca Bajo la Luna de Aholiba (Tierra Adentro). Más poemas de ella aquí.

viernes, diciembre 15, 2006

Pequeño poema a Raquel por Rafael Mondragón

Pequeño poema a Raquel.
(26 de Noviembre de 2001)


Hay una palabra de nieve, que tengo en la garganta, atorada
Y yo no me atrevo a decirla;
Soy un pájaro de fuego,
Paseo, arrastrando las plumas, con una palabra en la garganta, sagrada.
Hay que ser valiente para sentirse vivo.
Hay que entender,
Y soportar la maravilla:
La maravilla del sonido,
De la ardilla fugitiva, exiliada en su árbol.
La maravilla de tus pasos en la calle,
Y la que está en el mar profundo
Que se anida en tu mirada.
Hay hombres que gritan en la calle
La lluvia de gente en mi ventana
El cuarto caracol, el ruido, el mar que pasa.
Caminar por el abismo de la acera, con la mirada cayendo, empañada, Oh amor mío.
Mirarse a uno mismo en la ventana, y buscarse una sonrisa.
Los muertos son la única compañía que es para siempre.
Los muertos siempre están con uno, siempre se quedan,
Uno los carga en la espalda, sonríe y sabe que los muertos son gente de confianza
Sonríe uno cuando los escucha hablando bajo en el oído;
Caminando entre las calles, con su paso que es susurro de viento entre las flores;
Asesinados de amor, pero rondando la puerta del deseo; sonríe uno
Sonríe uno cuando los ve pidiendo limosna, en la calle, ofreciendo sus rosas, vendiendo rosas en semáforos y hoteles;
Rosas que les nacen de sus pechos, como ríos
Cuando uno encuentra en la calle a sus muertos uno sonríe y toma sus manos,
Y les besa la frente.
Camino;
Busco motivos para sonreír.
Cierro los ojos,
Y escucho los violines en el cielo.
Todos ellos han besado alguna vez.
Cuando uno besa, uno vence al mundo.
Uno se vence también a uno mismo cuando besa.
El beso es una cercanía tan profunda, tan terrible,
Que vence a la muerte,
Y vence a la vida, también.
Porque vence también a la carne.
Por eso es que a veces los cuerpos se doblan
Uno sobre otro, envolviéndose, luchando contra el frío,
Que corre, cual serpiente celosa entre las pieles.
Por eso
A veces, uno cierra
Sus ojos.
El beso da sentido a las hojas de los árboles.
Una rosa.
Si tú me regalaras una rosa, en la ciudad.
Si tú, a quien yo no conozco,
Dijeras
“Ven, toma esta rosa”
Y el mundo en ese momento
Rugiera,
Como suele hacerlo el mundo.
Oh Amor mío.
La gente va desnuda por la calle, y no lo sabe.
No sabe acerca de sus pieles rumorosas,
Rumorosas; atrapadas, hablando por debajo de la ropa.
La lluvia en la ciudad es más triste.
El sol en la ciudad es como el color del vino.
En la ciudad, los árboles y perros hablan, en lenguas antiguas y olvidadas.
Oh amor mío, caracoles arrastrándose,
Con los ojos empañados por la aurora.
Hay una palabra que tengo, guardada como nieve en la garganta,
Quiero decirte que te amo, Oh amor mío
Pero no quiero que la Muerte se de cuenta.
Como cuando caminamos entre el pasto, y el viento
Es helado terciopelo.
Y nos miramos
Y hay algo sagrado que vibra cuando tú y yo nos miramos
Y
Hay un motivo en esas hojas que caen,
Y hay un
Motivo para esto que siento
Y hay un motivo para
Esto que
Siento.

Por Rafael Mondragón, de 23 años, creo. Actualemnte estudia una maestría en la Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM.

sábado, diciembre 09, 2006

Sombra eterna / Alfredo Godínez

Sombra Eterna
Si estuvieras esta noche
frente a mi, siendo tú,
sin velos que te oculten
ni pretextos que te arropen.

Te diría con exactitud de relojero
sin la prisa que corretea al conejo
del País de las Maravillas,
las noches que he pasado en vela
amándote en silencio,
los días incandescentes de los cuales
me refugiaba con recelo en tu sombra,
imaginando que nos pertenecíamos.

Pero para suerte mía,
lo único que tengo enfrente
es esta maquina donde cada noche
escribo las palabras que jamás
escucharás salir de mi boca;

aunque eso signifique
mi permanencia en las sombra
de tu cuerpo.



Por Alfredo Godínez, poeta y editor. Tiene 21 años. Estudia Linguistica en la BUAP. Además ha publicado en distintos suplementos y revistas.

viernes, diciembre 01, 2006

Lo que va quedando

Lo que va quedando

.....................................................Pero habremos de rebasar
......................................................
a los sueños perecederos
.....................................................a la lágrimas fugaces

.................................Las cosas que vienen- Eduardo de Gortari.

Recorres los cuartos, la casa vacía
envenenando con versos
por aullidos cincelados en los muros.
En palabras concentrada no es tardía
angustia de los 13 años
la que carga de ira la voz tras 10 otros,
sino el desencanto que trae su transcurso
para con melancolía
llenar el hueco que crece cada día
con la decepción de todo discurso.
Entre todo lo que va quedando encuentras
torres que tu infantil mano construía;
callas y recuerdas mientras
recorres los cuartos, la casa vacía.

Por Eliud Delgado (Ciudad de México, 1984). Estudia Letras Inglesas en la UNAM. Pertenece al colectivo Devrayativa (si es que se le puede llamar así).