martes, marzo 31, 2009

Yaxkin Melchy/Tres mundos y uno muerto

Tres mundos y uno muerto

La ley de las cosas me persigue
la ley de las cosas es el muerto viviente

Escribimos cuentos que salieron de las coladeras
textos vivos y muertos salieron de las coladeras
el amor es un zombie

La ley de las cosas me persigue
nos rociamos gasolina y ardemos
ahora sé que el Sol y yo caminamos hacia una casa más solitaria

Ahora, porque antes nunca
ahora, porque antes nunca habíamos visto los cadáveres que pisábamos
ahora sí, porque estoy con los pies heridos
sé lo que es
sentir la mandíbula en el tobillo
la sangre como una huella

Lo humillante
ahora es, porque antes caminaba alrededor de un círculo de tres pasos

Veo que algunas estrellas han desaparecido
y otras reventaron como los gritos de la Luna histérica
Las estrellas que se me acercaron hicieron sombras
lámparas prendidas y cámaras de video ►

El mundo dio vueltas dentro el lenguaje para meterse en problemas
imaginabas que mi cuerpo se uniría a tu cuerpo y bajo el mar?

A mi madre con bastón le dije que mi vida era solo un bajón de agua por la cascada
y que tuve los ojos verdes al sacar las piedras del fondo
que fui fuerte como si hubiera corrido desde las tres del amanecer

le dije que mis amigos
habían crecido como vegetales,
para no meterse en problemas
ellos vivieron para el Sol e hicieron el mundo verde

A mí, que los zombies me perseguían
tenía que nadar
salirme de este país y luego de este continente y luego de este planeta
mi mundo fue azul y luego apareció el mundo rojo

gracias, mi nombre es yaxkin
y protagonizo la serie Tres mundos y uno muerto

II

Quiero escribir que todos los astros fueron compilados en fotografía
que les pondremos los nombres de nuestros amigos, nuestros padres y un sin número de girasoles
las estepas que han caído con el paso de los caballos
y el pasto verde oleando en planetas de aire y de tierra

planetas vegetales, nubes amarillas en donde el cuerpo invisible habla como un Sol escondido en la noche

yo les digo que la emoción penetra como un florecimiento y es también el momento de un Sol que se parte como fruta y del astro salen las abejas y las naves espaciales
yo les digo con emoción que el primer día será aquél en el que las venas de nuestro cuello se alarguen y se rompan
y chorreemos sangre sobre una piedra que representa que las flores son los signos matemáticos

un enorme metal vibrante eso es el espacio sobre el cuerpo
y vuelven a correr los jinetes y vuelven a sigilar los leopardos
y las presas son cometas que se escapan y se destruyen como libros de hielo

la literatura de su cuerpo
envuelve nuevos signos que crecen en las rocas
rasguños, lluvia, rayos eléctricos
y un trompo negro gira sobre la pista del caos

dime has escrito? o es que viste a la muerte? pero no como un hombre sino como el meteorito ciego que puede ver el calor y como la vida que puede ver el futuro de los dioses o como los dioses que pueden ver sus manos quemadas en el individuo

yo me perdería para contar las montañas negras y las manchas de los misterios Los reinos de la luz y los reinos de la mecánica Los molinos las aspas y las velas que son sopladas por los días delirio con los días dolor

ah, sin duda estás solo, pero sólo por un momento entre que moriste y volviste a morir. En tus manos y a tu cuidado dejo la Luna, porque me llaman las estrellas aunque yo sea un código que ha dejado su cuerpo, un corazón en la Tierra monocroma.

me he alejado me he alejado

Es …

no tenia palabras, una abeja
tan sólo esa idea
y los poetas callaron

así que pasé volando
arrasando el tiempo y el corazón de las constelaciones
las venas detenidas de las piedras
las venas dolorosas de las máquinas

luego olvidaré esto
y tendré que imaginar que he viajado
que el universo ha sido recorrido
por el cometa
un niño que escuchaba a los muertos
y a los vivos que habitaron volando en su corazón

poesía, mis alas negras minúsculas son dos murciélagos que volaron en mi sueño
no tenía ninguna idea de la noche y del tiempo inclinado
ruedan los planetas y van a convertirse en gemidos


Yaxkin Melchy Ramos, (1985). Es licenciado en Diseño Gráfico por el Tec de Monterrey. Estudia en Letras Hispanicas en la UNAM. Es autor del libro El nuevo mundo (Red los poetas salvajes, 2008). Junto con Héctor Hernández Montecinos es fundador del sello la Santa Muerte Cartonera. Ganó el segundo lugar del concurso Punto de Partida 2008 en la categoría de poesía.

jueves, marzo 26, 2009

Thalia García/Dos poemas

Mañana


Es necesario extirpar los dolores prohibidos,
para no sentirme culpable cuando vuelvan,
me ataquen, me arrastren
y a ti no te rocen ni el rostro.
Quiero sentir el suspiro de tu piel en mi oído,
que tu risa sea la que me haga cosquillas;
vagar por los contornos de tus ojos
enredándome en miradas.
Y me siento en las ventanas de tus sueños
las que dan hacia el mañana;
me busco y me busco y no me encuentro,
corro hacia el frente y me siento a esperar…



Coraje

Es entonces cuando me siento ajena
de los pensamientos que se me acuestan en las pestañas,
innatas ideas que nacieron fuera de mí,
tormentas de deseos que no son míos,
escondites,
acertijos,
atajos hacia donde yo no voy,
todo está al revés.
Debería dormir y descansar pero no puedo,
miento, finjo
soy sin ser de verdad
Es entonces cuando agarro mi maleta
me preparo para huir de todo lo que me persigue,
de esa hambre,
de esa lengua;
del espíritu de mi deseo de ayer.
Necesito que me escuches,
a veces grito tan quedito
que las palabras se confunden
y me veo mover los labios.
Me rio de lo tonta que parezco
si parezco tonta lo soy.
Tonta, porque la otra palabra no se dice…
la puerta se cierra y yo sigo afuera,
estoy harta de no estar harta por nada
y se me quiebran las rodillas.
Así es la vida, mi vida, así ha sido siempre…
pero así no son las cosas,
vamos a cavar profundo en mi memoria,
enterrar los tesoros que desenterré
Es que el tiempo se mide en medias horas… y a mí nada me sale a medias….
Nada es completo, no la mitad,
Todo está medias,
debería tirar esto a la basura,
Nadie entiende… yo no quiero que entienda
porque yo no entiendo
…cuando repites mucho una palabra deja de tener sentido
le repito, le repito, le repito…. pero sigue ahí
atormentándome los dedos y haciéndolos escribir,
atormentándome las uñas y arañando mi pared,
pared que es tan mía como de sí misma,
que es tan propia como mía al final.
Es esta lluvia que no para y me quema hasta el aliento
Este sentir que ya no sientes
Y que todo importa poco.
Coraje.


Thalia garcía (1988) Poeta. Pertence al consejo de redacción de la revista Trifulca.

martes, marzo 24, 2009

Carlos Ramírez Vuelvas/Dos poemas

Thelonius Monk escucha el aguacero


Es la primera lluvia de junio

y el aguacero se llama Thelonius Monk

Lumbre de ébano sobre el fuego blanco del alcohol

El acorde de carmín donde la melancolía asienta el reino

Porque no hay luz más clara y más intensa que aquella
sangrando de las manos de un sabio

Que aquella que de tan negra es la sangre de la luz

Su lamento es una almohada para reposar los huesos cansados del alma

Escucho a Thelonius Monk

y cruza la cervical un relámpago de ron

Una infancia con los miembros amputados

Un muñón del que se burlan mis hermanos

Pero que sea dulce el beso de la armonía

para saciar la piel erizada del silencio

Que la vida vista sus trajes favoritos como niña
para decirnos que todo es muy sencillo

Porque Monk le teje un abrigo a Nellie
Un pedazo del corazón le deja en piel
con ciertas partes de un crepúsculo de octubre

y la pupila de la lluvia
mirándola por dentro

Porque Monk desteje el corazón de Nellie y lo hace delgadísimas notas de música
que penetra y sangra y danza y muelle y lacera
como una nota de piano carcomiéndonos el alma

Para qué preguntar por la rabia en medio de este aguacero

Qué luz podría encontrar el desconsuelo
en un hombre que prepara la entrada de su amada al Infierno

Un bourbon un whiskie una cerveza bastan

Y una trompeta de oro negro vibra y estalla en el cielo

Hay un hombre pudriéndose por dentro
mientras deja huellas de la luz más clara y más intensa

La tormenta se sonroja de su estruendo

Avanza el oscuro tapiz del aguacero

Después la melodía se hace más lenta

Alguien espera el obús para volarse la cabeza.


Syd Barret lanza un escupitajo de diamante a sus amigos


¿Recuerdas cuando el viaje era estandarte y grito de batalla?

¿Cuando bastaba una noche limpia para espantar demonios?

¿Por qué decidiste bajar del tren de la locura

para mirar de cerca el paisaje de flores amarillas?

¿Realmente crees que puedes cambiar tan sólo un riel de furia

por un cielo azul donde el dolor se esconde?

¿Cuándo diste el tarro de cerveza por los orines de una perra?

¿Cómo es que ahora cuentas con los dedos las heridas del tiempo?

¿Cómo es que declinó el eclipse de tu rostro

por un pedazo de sol en los bolsillos?


Nunca fue la rosa la razón sino la espina

porque las mejores coronas siempre sangran en la frente

Ahora sólo te prometo que nunca cambiaría

el hábito de perseguir con fruición a la belleza

por un papel desgastado y una cama sin piel


Sobra el epílogo pero me gustaría decírtelo:

ojalá que tú nunca estuvieras aquí.


Carlos Ramírez Vuelvas (Colima, 1981). Licenciado en Letras y Periodismo por la Universidad de Colima y lmaestro en Letras por la UNAM. Ha publicado Calíope (2001) y Ruleta rusa (2007), además del libro El poeta ebrio y otras tormentas de verano (2007). En 2002 recibió el Premio Estatal de Poesía y en 2003 lmención honorífica del Punto de Partida en Poesía. Poemas suyos aparecen en las antologías Los extremos que se tocan (2004), Un orbe más ancho (2005), El vértigo de los aires (2007) y La luz que va dando nombre (2007).

martes, marzo 10, 2009

Manuel Serrano/Tlacotalpan

Tlacotalpan

I

en esta humedad nacieron mis muertos
al borde del río marcharon en caravana
como un aliento de miel y yerbabuena
como trozos de luz que bate el viento
tras un puño que pierde el control de todos sus dedos
sobre una jarana de tañidos tuertos
así te vertí de noche al agua inadvertida

II

los colores nacen entre tus calles
en la humedad que se arropa de fantasmas puros
río abajo río arriba
las paredes son tarimas de aleteos perpetuos
el zapateo de tus habitantes que soplan el viento
y el humor que incesante palpita el Papaloapan
río arriba río abajo
las olas doradas como milpa
como arpas que en el día se miran asombradas
y en la noche se cantan con las ranas

Por José Manuel Serrano (Ciudad de México, 1983). Es poeta, locutor de radio y pintor. Es lincenciado en biología por la UAM. Estudia actualmente una maestría en el Instituto Nacional de Ecología en Xalapa, Veracruz. Es autor de Un barco en el Pedregal (Ediciones Omega, 2005) y también aparece en Paraiso en llamas (Literal,2008). Fundó este desmadre de Devrayativa.

lunes, marzo 02, 2009

Dos poemas/Evaristo Vázquez

La Puerta Estrecha

Suzanne Valadon,
dáme la miel que escurre de tu lengua,
deja la máscara de niña boba;
no seas la palabra que se escapa.

pasean por los viejos callejones
el gato negro y la siamesa
odiandose por ser tan similares


Necia a concretar de esta ignorancia maldita
eres ciega al sabor de tu alma a clavo y sangre tan oscura.

vagan por los basureros, buscándose:
esperan fundidos en hashish (todos observamos con cautela),
los caza el alba, muertos de amor
y se olvidan tan pronto alejan la sonrisa


Suzanne, sientes la culpa de no entenderte y no amoldarte a Dios
sabes que no basta desplegar tu mistico lenguaje
no basta llenarse la boca con fresca arena dulce
ni tus largas piernas, ni tus bragas rotas.
Escucha tu risa, Suzanne, de pronto,
envuelvete en mi estertor maligno.

sombras
en su cópula secreta se desploman
recogen su fatal vestido y se ocultan tras una mirada


Siente que tu aliento se adelgaza
y huye hacia el subcielo
en un hilo que rueda por tus labios,
se enreda en tu fiebre somnolienta,
en tu adicción repentina hacia lo absurdo,
y te dibuja un espiral que baila.

tras la luz devienen música
tras la música devienen luz, devorándose a sí mismas
como el pubis contraído de una virgen
en su mirada consagrada por el miedo


Deja que te invada su tormenta de licor plateado,
una cierta, infamia deliciosa
disfrázate de azul y fantasía:

-mujer, bautiza el viento con tu orgasmo.



Pedro Vásquez

El abuelo se acomoda en el asiento y
empieza su vals.

Diestra:
índice en la llaga
dedo uno en el cielo
dedo tres en el sexo de la amante.
Siniestra:
aullido de la esposa viuda.
Fa menor,
el corazón a destiempo.

Caminó sin dientes, ni labios, ni humo
bajo el agua verde de la historia.
Él y yo sabemos el vapor que nace entre los párpados y el sueño
somos guardianes de los mismos ojos.

Pedro toca su canción y besa el cuello de la muerte.
Sus ojos son una pared en blanco,
su corazón es caramelo entre mis manos.



Evaristo Vazquez. Incorporado en el 89, nomada por naturaleza: de la rivera de San Cosme a la rivera del Cam, luego a la rivera del Huang Po. Sin educación formal, con apetito vulgar, flaco de complexión, pasante de ciencias políticas en la UNAM. Fue publicado en la antología Cardo 6 años "Movimiento pendular simple" del Colectivo Poético Cardo. Desbrutalizado por Raquel Olvera en 2006, rebrutalizado por Jaime Augusto Shelley en 2007. Actualmente trabaja en un poemario que no tiene nombre.