Cuando los vuelos se vuelven inoportunos
Ay de mí, mirarte la sonrisa
Y probarla sabiendo a magra saliva,
Cuando las alas de una brisa
Arrastran las cadenas hasta tu cara y
Se resisten a marcar un poco
El territorio ahíto de mormones.
Ay de mí, cuando los judíos se pelean
Con los palestinos, porque no hay
Mal más allá de la muerte
Que besarte con el amigo de junto,
Prefiero perforar la garganta de mi
Enemiga a enaltecer al dios de las caridades.
Los vuelos se tornan inoportunos
Cuando oyes a un católico alabando al Papa,
Pero se vuelven más trágicos cuando
El sacerdote llama a las putas
Prostitutas, si sólo le están besando el cuello.
Por eso me vuelvo clérigo todas
Las noches cuando visito a las mujeres
Desamparadas y les riego un ratito el
Jardín, porque se sienten solas
Y no saben otra forma de ver floreadas
Sus tierras si no es por mi mano santa
Que las de ellas son torpes e inexpertas.
Mas le ruego a la muerte me
Abandone un instante más
En la tierra de los demás que hacen lo contrario a mí,
Así soy original y busco ser igual a los otros
A pesar de tener el alma tan negra como
La túnica hermosa que lleva mi amante
Todas las tardes a nuestro refugio
Beatificado por la espada mía.
Ya no existe ninguna vena o aorta
Capaz de contener toda esta sangre de espíritu
Que tengo en mis manos como trofeo,
Luego de haber hecho parir a la muerte
Un engendro tan hermoso que me hace danzar alrededor del fuego de tus piernas.
Ay de mí, mirarte la sonrisa
Y probarla sabiendo a magra saliva,
Cuando las alas de una brisa
Arrastran las cadenas hasta tu cara y
Se resisten a marcar un poco
El territorio ahíto de mormones.
Ay de mí, cuando los judíos se pelean
Con los palestinos, porque no hay
Mal más allá de la muerte
Que besarte con el amigo de junto,
Prefiero perforar la garganta de mi
Enemiga a enaltecer al dios de las caridades.
Los vuelos se tornan inoportunos
Cuando oyes a un católico alabando al Papa,
Pero se vuelven más trágicos cuando
El sacerdote llama a las putas
Prostitutas, si sólo le están besando el cuello.
Por eso me vuelvo clérigo todas
Las noches cuando visito a las mujeres
Desamparadas y les riego un ratito el
Jardín, porque se sienten solas
Y no saben otra forma de ver floreadas
Sus tierras si no es por mi mano santa
Que las de ellas son torpes e inexpertas.
Mas le ruego a la muerte me
Abandone un instante más
En la tierra de los demás que hacen lo contrario a mí,
Así soy original y busco ser igual a los otros
A pesar de tener el alma tan negra como
La túnica hermosa que lleva mi amante
Todas las tardes a nuestro refugio
Beatificado por la espada mía.
Ya no existe ninguna vena o aorta
Capaz de contener toda esta sangre de espíritu
Que tengo en mis manos como trofeo,
Luego de haber hecho parir a la muerte
Un engendro tan hermoso que me hace danzar alrededor del fuego de tus piernas.
2 comentarios:
Gracias por visitar una de mis casas y dejar tus comentarios. Volveré. Saludos.
http://clarasofia.blogspot.com
genial la danza, el fuego.........y el aire
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