martes, marzo 24, 2009

Carlos Ramírez Vuelvas/Dos poemas

Thelonius Monk escucha el aguacero


Es la primera lluvia de junio

y el aguacero se llama Thelonius Monk

Lumbre de ébano sobre el fuego blanco del alcohol

El acorde de carmín donde la melancolía asienta el reino

Porque no hay luz más clara y más intensa que aquella
sangrando de las manos de un sabio

Que aquella que de tan negra es la sangre de la luz

Su lamento es una almohada para reposar los huesos cansados del alma

Escucho a Thelonius Monk

y cruza la cervical un relámpago de ron

Una infancia con los miembros amputados

Un muñón del que se burlan mis hermanos

Pero que sea dulce el beso de la armonía

para saciar la piel erizada del silencio

Que la vida vista sus trajes favoritos como niña
para decirnos que todo es muy sencillo

Porque Monk le teje un abrigo a Nellie
Un pedazo del corazón le deja en piel
con ciertas partes de un crepúsculo de octubre

y la pupila de la lluvia
mirándola por dentro

Porque Monk desteje el corazón de Nellie y lo hace delgadísimas notas de música
que penetra y sangra y danza y muelle y lacera
como una nota de piano carcomiéndonos el alma

Para qué preguntar por la rabia en medio de este aguacero

Qué luz podría encontrar el desconsuelo
en un hombre que prepara la entrada de su amada al Infierno

Un bourbon un whiskie una cerveza bastan

Y una trompeta de oro negro vibra y estalla en el cielo

Hay un hombre pudriéndose por dentro
mientras deja huellas de la luz más clara y más intensa

La tormenta se sonroja de su estruendo

Avanza el oscuro tapiz del aguacero

Después la melodía se hace más lenta

Alguien espera el obús para volarse la cabeza.


Syd Barret lanza un escupitajo de diamante a sus amigos


¿Recuerdas cuando el viaje era estandarte y grito de batalla?

¿Cuando bastaba una noche limpia para espantar demonios?

¿Por qué decidiste bajar del tren de la locura

para mirar de cerca el paisaje de flores amarillas?

¿Realmente crees que puedes cambiar tan sólo un riel de furia

por un cielo azul donde el dolor se esconde?

¿Cuándo diste el tarro de cerveza por los orines de una perra?

¿Cómo es que ahora cuentas con los dedos las heridas del tiempo?

¿Cómo es que declinó el eclipse de tu rostro

por un pedazo de sol en los bolsillos?


Nunca fue la rosa la razón sino la espina

porque las mejores coronas siempre sangran en la frente

Ahora sólo te prometo que nunca cambiaría

el hábito de perseguir con fruición a la belleza

por un papel desgastado y una cama sin piel


Sobra el epílogo pero me gustaría decírtelo:

ojalá que tú nunca estuvieras aquí.


Carlos Ramírez Vuelvas (Colima, 1981). Licenciado en Letras y Periodismo por la Universidad de Colima y lmaestro en Letras por la UNAM. Ha publicado Calíope (2001) y Ruleta rusa (2007), además del libro El poeta ebrio y otras tormentas de verano (2007). En 2002 recibió el Premio Estatal de Poesía y en 2003 lmención honorífica del Punto de Partida en Poesía. Poemas suyos aparecen en las antologías Los extremos que se tocan (2004), Un orbe más ancho (2005), El vértigo de los aires (2007) y La luz que va dando nombre (2007).

2 comentarios:

Unknown dijo...

Ya conozco estos poemas. No son la gran cosa, pero son buenos y creo que muchos compartimos algo de su estética y motivaciones.

La verdad, prefiero ver en este blog poemas nuevos (si es de gente no conocida mejor aún) que poemas probados como estos. En fin, creo que hacen falta más poemas o más poetas.

Saludos

edegortari dijo...

Creo que tinees razón Eliud, sin embargo creo también que el espacio está diseñado para nosotros y nuestros poemas. También creo que un poema no pierde mérito en el blog por ser editado; dónde queda la relectura pues, además, hay que aceptar que no conocemos los poemas de memoria.

Ultimamente se ha vuelto un poco más difícil el rastreo en el blog, debo admitirlo. Aún así están los poemas de Krishna y los de Evaristo que no habían sido publicados. Eso sin contar el de Aurora y el de José Manuel que sólo aparecieron en sus blogs. Sin embargo, para mí, lo curioso es que en los últimos meses no he visto nada nuevo en la red. Es obvio que seguro algo habrá por ahí que no he visto, sin embargo estarás d acuerdo conmigo que los nuevos (aunque meramente en ser visibles) compañeros llegan por abonos y estamos en sequia. Abrazos